jueves, 20 de octubre de 2011

¿Qué hay detrás de los indignados y la primavera árabe?




El ridículo nombre de “la primavera árabe”, parece más cínico que poético.  ¿Acaso se puede llamar “primavera” a una época del año, en la que mueren tantas personas en choques  sangrientos y violentos?.  Eso no tiene sentido.  Pienso que de querer compararlo con alguna época del año, caso tal sería el ocaso, el invierno, o cualquier otra menos la primavera.  En la primavera todo florece, y no precisamente  llueven cadáveres.  El término es tremenda burla, amoral e insensible para con los árabes. 


¡Yo dudo!  Me permito dudar, con todo el respeto de quienes piensen lo contrario.  Esto que está pasando en el mundo, no me parece un cambio “natural” de la especie, hacia un mejor futuro evolutivo.  Suena demasiado bonito para ser real.  La velocidad con la que están ocurriendo las cosas, me deja mucho espacio para la suspicacia, ante tanta efervescencia internacional.  Esto, señoras y señores, parece IMPLANTADO.  Vuelvo e insisto, nos están distrayendo por lo que viene en el fondo. ¿Qué ganan?, acaso tiempo ante futuras y peores eventualidades, o garantizar le hegemonía.  ¿Quiénes son?  Si supiera quiénes, mi realidad tal vez sería otra en este preciso instante.  En lo personal, no creo en aquellas teorías confabuladoras de “Iluminatis”  o no iluminados.  Pero, detrás de todo esto hay algo adicional. 



Me ubico en la muerte de Gadhafi.  Más de cuarenta años en el poder, y de pronto una rebelión contagiosa, acaba con su sistema tiránico.  Todo parece estar surgiendo por la insatisfacción de los pueblos para con sus gobernantes, malignos, corruptos y abusivos.  Suena romántico, pero de hecho tiene antecedentes históricos en lo que a dicho “contagio” se refiere.  Las gestas de independencia contra la corona española, la revolución francesa, la revolución industrial, etc.  Todo demasiado rápido: Siria, Egipto, Túnez, Libia, los indignados etc.  Ahora resulta (después de tanto tiempo) que nadie quiere a estas maquinarias dictatoriales que someten pueblos inocentes durante años, y, de pronto, explota la revolución y vence “la justicia”.  Para colmos, “la fiebre de indignación” se contagia a todos, los pueblos reclaman y los dictadores caen… curiosamente apoyados por quienes los ignoraron anteriormente, es decir: La ONU, la OTAN, OEA etc.  ¿Acaso podríamos pensar que todas estas revoluciones (o explosiones sociales)  han sido  implantadas?.  Varias de ellas, han tenido origen anónimo (reitero, anónimo)  en "las redes sociales", las tan milagrosas y afamadas redes sociales...


¿Será que las redes sociales (recordando el inicio del movimiento en Egipto) ahora unen más que nunca al mundo?.  O, simplemente facilitan la  manipulación en masa?. ¿Para qué?.  Parece que para nada malo, total, el humano ha estado tan dividido siempre, que un poco de unión no le sentaría mal.  Ahora bien, repasando el contexto,  tantos países explotando contra sus líderes tiránicos, las democracias cayendo (Estados Unidos, el nuevo bastión de la Democracia, y nada menos que Grecia, la cuna de la democracia).  Japón, una de las economías más fuertes y progresistas, se ve seria y, dicho sea de paso, coyunturalmente afectada por un tsunami inadvertido (que, curiosamente, afecta su potencial nuclear).  También  podemos considerar la gran potencia del Vaticano,tambaleándose en medio de una crisis moral, en tremenda crisis de espiritualidad, rechazo, apenas sobreviviendo al amplio repudio internacional.   Hace unos días atrás, el grupo terrorista  ETA, anunció que desistía de sus aspiraciones independentistas.  Y por mencionar algunas declinaciones de poder por naturaleza médica, hemos de citar a Fidel Castro en Cuba y a Hugo Chávez en Venezuela (aunque éste último, electo y mantenido  popularmente, ha asegurado que no renunciará al poder, ni a sus intenciones de mantenerse en él democráticamente).



¡Un momento!, pensemos por un rato.  Si no se han dado cuenta, TODO ESTÁ CAYENDO, no sólo las dictaduras de “la ridícula primavera árabe”, sino también las democracias.  En resumidas cuentas, todas las estructuras de orden y control humano  (  buenas o malas , dictaduras o democracias) están cayendo demasiado rápido. ¿Por qué ahora, por qué tan de pronto? ¿Quién se beneficia de esto?.  Nos han mantenido tanto tiempo aletargados y sometidos a sistemas de control represivos, violentos  y dictatoriales, para “de pronto” experimentar todos estos cambios (voluntarios o forzados), veloces y en efecto cascada… ¿Quiénes, para qué y por qué ?.  Túnez, Siria, Libia, Egipto, indirectamente: Iraq y Afganistán, Grecia, la comunidad Europea, Estados Unidos…  


Sin embargo, existe un país, más bien una gran potencia, que parece no haber sido afectada por esta enorme revolución mundial, ni  por calamidades planetarias   (excluyendo los que siempre han sido parte de su panorama vivencial)  .  China posee la economía más robusta, fortalecida y prometedora del planeta. Tal vez sea sólo un asunto de percepción, pero los chinos  parecen eternamente infranqueables.  También está el asunto de la política, su forma de gobierno, filosofía, espiritualidad, creencias.  Su inmensa industria, los ha hecho prácticamente “empleados del mundo”.   Cabría preguntarnos si China es cómplice o gestor de todo esto.  O, acaso China será el próximo lugar de reconfiguración política, o planetaria...  China es un lugar al cual no se le debe quitar el ojo de encima, en estos momentos. 


Ahora bien, todo lo que está ocurriendo en el mundo me recuerda mucho a los trucos de prestidigitación, basados en Velocidad y Distracción. ¿Quién nos quiere engañar, acaso serán los mismos que nos guían?.  Todo esto parece un gran encubrimiento.   O acaso será como dicen que: "Todo tiene que ver con los cambios que sufre el planeta".  Será que el ser humano los siente, y se ha vuelto “inestable” también.  No lo creo.  Los cambios planetarios son de facto y reales, pero independientes a la acción oportunista de aquellos “incógnitos”, que a través de las redes virtuales, congregaron al pueblo de Egipto y han estado alborotando al mundo en esta danza de cadáveres.  Señores, con el debido respeto, aquí hay otra cosa...

Imaginemos un mundo repentinamente revolucionado, con sus estructuras de gobiernos (tiránicos o no) destruidas ¿Qué nos queda?.  Un desorden terrible, un caos total, pero también la posibilidad de “cuajarnos” como especie.  Lo cual hubiera sido ideal, si dicho “cuaje” hubiese nacido de la evolución natural de los pueblos y sus circunstancias. ¿Pero, de un implante situacional fríamente diseñado, y velozmente fraguado con SANGRE inocente o culpable (dictadores y sometidos)???…  Todo eso me da mucho que pensar.  Este movimiento de cohesión humana suena a SACRIFICIO en masa.  ¡Cuidado!... tal vez no sea paranoia de quien le escribe, o simple olfato.  E inclusive, dicho fenómeno pareciera estar montado en posibles cambios planetarios de menor a mediana escala, que tal vez ellos conozcan y nosotros no.


Y es precisamente eso, lo que me preocupa.  No sé por qué, pero tengo la impresión de que estas “caídas” de dictaduras y democrasias son la antesala a algo quizás más traumático.  Suena muy romántico aquello de que la tierra parirá otra especie, la nueva era, el rayo sincronizador, el advenimiento de los hermanos mayores y la teoría Maya, para un nuevo amanecer humano.  A mí en lo personal, y a juzgar por cómo se están dando los acontecimientos, me suena a otra cosa mucho peor.  ¿Entonces, de qué podemos estar hablando?  Es probable que la tierra nos sorprenda con una catástrofe masiva de la noche a la mañana, pero no antes de que nosotros mismos lo hagamos, o hagamos algo peor.  ¿Para qué?  Para garantizar la supervivencia de unos cuantos, cuando se origine la verdadera catástrofe planetaria tal vez.


Para  entender esto, hay que salirse de la caja conceptual, y ver la realidad que ha mantenido al humano contra sí mismo durante todo este tiempo.  Para dejar de ser esclavos, no precisamos de un movimiento externo que nos “libere”.  Primero debemos  reconocernos esclavos, utilizados, manipulados y sometidos.  Posteriormente, eliminar  aquella idea absurda de "libertad" condicionada a la moda, a la masa,  que nos han vendido los medios de comunicación todo este tiempo.  Finalmente, podremos apelar a nuestro libre albedrío, con responsabilidad y conocimiento de causa.


Tenemos que reconocernos masa, dado que así nos han tratado durante toda la historia.  La libertad individual no viene obsequiada por el fusil de otro, sino por el corazón de uno mismo.  Y estas libertades “violentas” que se están obteniendo actualmente a boca de cañón, no liberan al humano, sólo matan al prójimo.  Y a mi parecer, están muy lejos de liberarnos.  Tal vez el efecto sea totalmente adverso, es decir, acostumbrarnos a someternos  aún más, al siguiente dictador.   
¡Somos masa!, hay que reconocerlo, pero ¿Cómo dejar de serlo?, de ser manipulados.  Ahora bien, si supiéramos que el ganado va hacia el matadero, ¿Seguiríamos siendo reses, o empezaríamos a pensar como humanos libres?.  De allí la importancia de que ellos,  oculten hacia dónde nos dirigen.  Por el momento son tantas las reses que, mientras más adentro del grupo estemos, menos posibilidades tendremos de saber quién, para qué o hacia dónde nos dirigen.  Si  nos mantenemos a la periferia de la manada tal vez los veamos y sepamos para qué o a dónde nos dirigen, pero perderemos fuerza de grupo (al estar en la periferia, alejados del núcleo).


Es muy probable que en el transcurso de los acontecimientos no sepamos quiénes son, para qué nos dirigen, ni a dónde nos dirigen.  Pero hay que estar atentos. Quizás pronto sepamos la verdad, o tal vez nunca, pero definitivamente SÍ sentiremos sus efectos.  De cualquier forma, reitero, hay que estar atentos, para que cuando dicha verdad se manifieste, no nos  hagan creer que se trata de otra de sus  mentiras.   Así las cosas, es probable que podamos aminorar sus efectos, evitando que nos utilicen de cordero en sacrificio ajeno.  Ahora bien, todo eso se logra aprendiendo a ser cada vez menos masa, más individuo, y siempre solidarios para y por la supervivencia de nuestra especie. 


Gadhafi… y lo peor del humano


Digo yo, ¿Qué pasa en el mundo? ¿Acaso serán los dolores de parto de la tierra, dando a luz a una nueva humanidad?  Los pueblos oprimidos se revelan a sus gobernantes opresores (refiero me a los indignados).  He sabido que la guillotina fue algo grotesco, y macabro.  Pero, es preciso matar a un hombre, subirlo a un auto en medio de semejante jolgorio, como sinónimo de éxito o liberación en pleno siglo XXI.  Me refiero a Gadhafi… ¿A dónde hemos llegado, o mejor dicho, de dónde no hemos podido salir? Claro, el tipo no era precisamente un santo, y peores cosas habrá hecho.  Jamás defendería a un supuesto genocida, catalogado de monstruo.  Sólo me preocupa la naturaleza humana que los crea y los elimina. También pienso mucho en la forma en cómo intentaron desmembrar a Tupac Amaru II, cuyas extremidades fueron atadas a varios caballos, para finalmente decapitarlo y exhibir partes de su cuerpo en diferentes regiones.  Pienso en la inquisición, las cruzadas, el holocausto judío etc.  Pienso mucho en la historia humana y el legado de muerte, dolor y sometimiento que hemos dejado a nuestro paso.

A Husein lo capturaron, le hicieron un juicio y finalmente lo mataron.  Algo más decente, pero al final: Muerte, muerte a un supuesto dictador. ¿Qué engendra la injusticia, la violencia, qué hemos venido creando?.  A Bin Laden lo “desaparecieron” en el mar, no hubo evidencia, aunque sí mucha incertidumbre.  Pero, por qué llegar al extremo de pasear un cadáver como si fuera reina de carnaval.  Es cierto, están cayendo los dictadores, de formas casi tan brutales a como gobernaron.  De igual forma, el pueblo los ha tratado.  Pero, ¿Qué está quedando?.  Una humanidad “dolida” y animalizada, violenta y dura, tal vez peor a la que ha bajado, un mundo que ha sobrevivido mal que bien, a muchas formas de muerte: Muerte intelectual, emocional, espiritual y física.  Tal vez un zombie, o un muerto vivo.  O será que la humanidad se contrae para recrearse a sí misma, cosechando todo el sufrimiento que hemos sembrado de generación en generación, para luego regenerarse. 
Me pregunto si cabrá a bien comparar lo que está ocurriendo en el mundo, con el mítico renacimiento del ave Fénix.  ¿Estaremos acaso contemplando el renacimiento de una especie, o sólo su fin?.  Cómo saberlo, si a veces el final se parece tanto al inicio, sobre todo cuando ambos extremos se originan precisamente en la nada…en nada.  Como quien dijo, que el momento más oscuro de la noche se da antes del amanecer, tal vez estemos presenciando un amanecer, un renacimiento, pero…esto como que está demasiado oscuro.  Ahora, la humanidad siempre ha sido cruel, sanguinaria, vengativa y proporcionalmente estúpida e inteligente.  Tal vez, la única diferencia sea que ahora vemos las tragedias a través del Twitter, mientras desayunamos plácidamente en la comunidad de nuestros hogares.  Entre tanto la tierra tiembla, los volcanes explotan y los otros se matan entre ellos.
Ayer precisamente, pensaba cómo el ser humano ahora sólo soporta que la realidad le llegue a través de la televisión (con los dichosos reality show) y prefiere ignorar la realidad de quien tiene al lado, e inclusive evadirse de la propia.  Tenemos las redes sociales, para recordarnos que seguimos siendo humanos, aunque sólo fuere a través de una pantalla electrónica.  Y la pregunta que me surge irremediablemente en la cabeza es: ¿Acaso nos merecemos algo más o mejor como especie?  Entre tanto, veo personas que prefieren apuñalear a sus hermanos por unos pocos reales, y a cada rato se llenan la boca con el nombre de Jesús y de un dios que han dibujado al talle de todas sus vilezas, perversiones o asquerosidades.  Luego, ¿Por qué me extraño que se pasee el cadáver de un tirano por las calles de su ciudad, si a diario limpiamos nuestras excresencias en el nombre de la sapiencia, la justicia, la libertad, la paz y en el nombre de Dios?
Hemos creado códigos conductuales, legales, religiosos, profesionales, éticos y morales para “garantizarnos” una interacción social adecuada y progresista.  Sin embargo, no sé por qué tengo la impresión de que dichos códigos fueron creados principalmente para evitar que nos matáramos los unos a los otros, como salvajes sanguinarios que somos y jamás hemos dejado de ser.  Sólo basta observar la manera como tratamos a nuestros ancianos, hembras y descendientes, como si ni siquiera respetáramos la ley natural de la continuidad de la especie.  Y de matarnos a nosotros mismos, hemos pasado a “someternos”, “esclavizarnos” y explotarnos mutuamente, bajo aquella palabrita tan prostituida como fatua que denominamos “civilización”.  Es decir, no lo mates solamente, explótalo al máximo primero.  Que sufra de hambre, enfermedad, penurias, destruye su valor individual y finalmente que muera de cualquier otra cosa.  A eso le llamamos civilización, es decir, explotación o muerte, es decir, explotación y muerte.
Lo más triste del caso es que solos, jamás pudiéramos sobrevivir al primer mes de nacido.  Pero nos unimos no pocas veces para lo peor, y aún sabiendo que “lo peor”, siempre resulta “lo peor”.  Circunstancias en la que nadie gana, sólo el que muere, o es victimizado, o se convierte en mártir.  ¿Por qué todas las asociaciones humanas, siempre degeneran y derivan en muerte, considerada en cualquiera de sus formas? Habrá de ser porque todo tiene una época de esplendor y otra de decadencia, nacimiento y muerte, pero… ¿Hasta cuándo?.  Si no nos matamos entre nosotros mismos, pues esperamos que nos mate una catástrofe climatológica, un desastre natural, una invasión extraterrestre, un virus, una bomba nuclear… ¡Lo que sea!.  ¿Será acaso que no nos soportamos a nosotros mismos? ¿Qué nos ha faltado como especie? ¿Qué hay de malo en el humano? ¿Por qué abundan tantas libres asociaciones de tan baja naturaleza?.  ¿Qué hay de grande en el humano, a parte de los edificios, los puentes, los autos y las naves?.
Me niego a creer que la humanidad sea sólo muerte y destrucción.  Tiene que haber algo más, aunque nos inflen los ojos con tanta miseria, con lo peor del individuo.  Me niego a creer que mi esencia y la esencia de mi especie, se restrinja a disfrutar de la exhibición pública del cadáver de un tirano.  ¿Por qué?  Porque ver al muerto da asco, y da asco saber la forma en que murió (como un animal correteado)  porque amo la vida y amo lo que vive.  Sí, es cierto, la muerte es un proceso natural, pero, matar no tiene por qué serlo.  Y me niego a matar, o  a seguir matando ideas, opiniones, sueños, pensamientos, ilusiones, esperanza y vida.  Porque estamos a los albores de una mejor vida, aunque para ello la tierra sufra y nosotros también.  Tal vez no se traté de saber matar, sino de aprender a  morir.  Como diría Sócrates, matar al hombre viejo para que nazca el hombre nuevo..