miércoles, 10 de agosto de 2011

El próximo colapso de la humanidad

Inicio este blog de “conspiraciones” muy a gusto con este artículo, que ha venido dándome vueltas a la cabeza desde hace mucho.  Viendo como la economía de Estados Unidos, la otrora potencia más grande del mundo (ahora es China), se tambalea de modo peligroso, no sé por qué no puedo dejar de pensar en la tragedia de las torres gemelas (cuando, amenazaban por desplomarse tras cada impacto).  Es curioso, yo tengo recuerdo de esas torres pero jamás las visité, sin embargo, hubo personas que me dijeron que eran indestructibles y casi eternas, como supuestamente los monumentos romanos.  Algunos dicen que se trató de un auto atentado; considerando la cantidad de muertos, yo en lo personal prefiero no secundarlos (por razones humanas, propiamente hablando).  Total, quien haya sido, local o foráneo, acertó al corazón económico de Nueva York, y del país en gran parte.  Desde entonces, la caída del imperio ha sido vertiginosa.  El problema es que, tal y como ocurrió con las torres, cuando caiga “la potencia” los países más pegados a ella (los pequeños edificios próximos a las torres) sufrirán el evento de igual o peor forma.   Más específicamente, estoy refiriéndome a las economías latinoamericanas, de una u otra forma, siempre a la sombra del gran gigante.   Pero bueno, no es tema de este escrito elucubrar sobre dichas lides.  Nadie está en capacidad de ver el futuro, y, cualquier cosa en cualquier momento pudiera ocurrir a favor del norte o del resto de nuestra querida América.  

El asunto de las torres, cómo fueron impactadas y desplomadas delante de la cara pública mundial, comprometiendo la capacidad de reacción de los poderosos organismos de seguridad e inteligencia norteamericanos en su propia casa, exhibiendo al resto del mundo una enorme vulnerabilidad para con  quienes antes fueran reconocidos “todopoderosos”, fue algo doloroso, macabramente magistral y denigrante. ¿Qué lo hicieron los árabes, o no? es lo de menos.  El asunto es que, ver desplomarse esas torres de semejante forma, filmando la tragedia, como otro reality show, esta vez no tan show como antes, y mucho más reality… fue terrible.  Pero la persona (o agrupación) que estuvo detrás de eso, dio algo de la medicina “mediática” y el tremendo terror que ha esgrimido Estados Unidos durante toda su historia para con el resto de los países del mundo.  Pero lo peor ha llegado (y seguirá llegando) después.  Es increíble cómo se ha ido degradando la economía de la nación, la calidad de vida de sus habitantes, en proporción inversa al crecimiento del temor en que los sumió el evento.  Sin embargo, no sería justo acreditarle todo el triunfo a supuestos terroristas del extremo islam, esto viene de atrás, mucho atrás, y su origen tal vez se desprende del mismo capitalismo.  Definitivamente, la caída de la economía estadounidense, y con ello el poder que antes exhibieron como primera potencia del mundo, es algo que jamás imaginé ver.  Lo mismo me ocurrió (aunque no tan de cerca) en la época de los rusos y la guerra fría.  Dicho sea de paso, como hoy con la globalización, siempre vi a la perestroika como algo positivo. 
Cuando vinieron con el concepto de la globalización, pese a que no manejo temas económicos, pensé: “Esto es un invento de los grandes, para desaparecer a los chicos”.  Jamás se me ocurrió que, dañando a los chicos, se impactaba de igual forma a los grandes (lo más seguro es que no analicé el ciclo completo, por falta de interés en el tema económico).  Siempre consideré que el asunto de la globalización, era algo únicamente “favorable” a las grandes economías.  Ahora, para mi sorpresa, dada la forma como se han venido suscitando los acontecimientos mundiales, entiendo que la globalización no fue algo positivo para Estados Unidos.  Aunque, viéndolo de cierta forma… todos no podemos ser “uno” (lo que indirectamente plantea la globalización) si existen unos más “grandes” que otros.  En consecuencia, para que la globalización funcione habría que subir a las economías bajas (que son las más),  o  bajar a las economías altas (que son las menos).  Luego habría que eliminar a la masa de “no rescatables” mediante guerras, enfermedades y hambrunas.  Por cuestión de factibilidad, pues, resulta mucho más fácil bajar a los menos (los altos), que subir a los más (los pobres). Hace ya un tiempo bajó la Unión Soviética, ahora está bajando Estados Unidos; faltaría China y el bloque Europeo.  El bloque europeo tiene una grieta por el lado de Grecia y España, los disturbios en Londres y la matanza en Noruega (generada por el maestro Masón de tercer nivel), pues no favorecen al orden y al clima de inversión del bloque europeo.  Pero no termino de entender cómo estos conspiradores bajarían a China (dado caso), a no ser que utilicen catástrofes geográficas, climáticas (proyecto HAARP) o estrellándole un meteorito encima.  No sé, no soy profeta, ni conspirador.  De cualquier forma, todo esto me suena, me huele, me recuerda al dichoso NUEVO ORDEN MUNDIAL.
Esta conspiración, de rehacer al mundo destruyendo las grandes potencias y “eliminando” a los países más pobres (de hambre, enfermedades o guerras) , es algo que parece terrible, y es tan GRANDE que, al recién percibirlo (con la caída económica estadounidense) pues, se percibe apenas la punta del iceberg.  Tengo la impresión de que estamos viendo un poco, de lo tanto que fue (desde antes de la caída de la Unión Soviética) y peor aún, considero que hemos visto muy poco en comparación a lo que está por venir.  Definitivamente, hay algo o alguien demasiado insano detrás de este asunto.  Y tengo la impresión de que hemos de esperar más, y peores guerras, pestes, o tragedias de toda índole.  Total, para reconfigurar al mundo es preciso volverlo nada primero.  También, existe una “situación geográfica” por definir.  Me refiero específicamente a lo que ocurrió en Japón, los volcanes activándose en varias partes del planeta, temblores constantes, y catástrofes climáticas mundiales, que aparecen como un leve ruido sordo, recordándonos tal vez que, el hombre no está sobre el planeta, aunque todos los días camine sobre él.  ¿Acaso no sería mejor ir cultivando cualquier pedazo de tierra que tengamos a disposición, almacenar comida, agua y aprender a vivir tranquilos los unos con los otros?.  Pero sobre todo, estar atentos al próximo colapso de la humanidad.

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